Un nuevo estudio revela un mayor riesgo de muerte en pacientes con COVID-19 con fibrilación auricular recién diagnosticada
recién Informes científicos El estudio investigó la incidencia de fibrilación auricular (FA) recién diagnosticada en pacientes hospitalizados con síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2), el agente causante de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).
Estancia: Incidencia e importancia pronóstica de la fibrilación auricular recién diagnosticada entre los veteranos estadounidenses de mayor edad hospitalizados con COVID-19.. Crédito de la imagen: Nakharin T/Shutterstock.com
fondo
Estudios recientes han demostrado que entre el 5 y el 10% de los pacientes hospitalizados con sepsis desarrollan fibrilación auricular. Estos pacientes también pueden requerir ingreso en unidades de cuidados intensivos (UCI). Se ha observado que el desarrollo de fibrilación auricular conduce a una mayor mortalidad hospitalaria.
La fibrilación auricular recién diagnosticada empeoró el pronóstico de la COVID-19, sugirió un estudio reciente.
Dos estudios multicéntricos en los Estados Unidos de pacientes hospitalizados con COVID-19 observaron que la fibrilación auricular recién diagnosticada provocó una mayor mortalidad entre estos pacientes.
Esta observación contradijo otro estudio basado en participantes inscritos en el Registro Cardiovascular COVID-19 de la Asociación Estadounidense del Corazón, que reveló que la fibrilación auricular recién diagnosticada no tenía asociación con la mortalidad hospitalaria.
No está claro si los estudios existentes distinguieron la fibrilación auricular preexistente de la fibrilación auricular recién diagnosticada al evaluar el impacto de la fibrilación auricular en pacientes hospitalizados con COVID-19.
Esta clasificación errónea afectaría significativamente los hallazgos del estudio sobre la relación entre la fibrilación auricular recién diagnosticada y los resultados adversos de la COVID-19.
Sobre el estudio
El estudio actual utilizó datos longitudinales a nivel nacional de la Administración de Salud de Veteranos (VHA) de EE. UU. para clasificar con precisión la fibrilación auricular preexistente y recién diagnosticada. Estos datos incluyen información médica sobre pacientes hospitalizados con infección por SARS-CoV-2.
El objetivo principal de este estudio es evaluar las tasas de incidencia de fibrilación auricular recién diagnosticada en pacientes hospitalizados con COVID-19. También se evaluó la asociación entre la fibrilación auricular recién diagnosticada y la mortalidad hospitalaria.
Los veteranos mayores de 65 años que adquirieron la infección por SARS-CoV-2 entre el 1 de junio de 2020 y el 31 de enero de 2022 fueron identificados a partir del almacén de datos corporativo de la VHA.
Estos datos se vincularon a las Partes A, B y D de Medicare para identificar las comorbilidades de los participantes.
En este estudio se consideraron pacientes que estuvieron hospitalizados por más de 24 horas y menos de una semana y eran usuarios habituales de VHA. Esta estrategia permitió una mejor especificidad diagnóstica para diferenciar entre fibrilación auricular recién diagnosticada y fibrilación auricular preexistente.
Resultados
Se incluyeron en el grupo de estudio un total de 23.299 pacientes. La edad promedio de los pacientes fue de 76 años y la mayoría del grupo de estudio eran hombres. Aunque la mayoría de los participantes eran blancos, estaba presente un pequeño porcentaje de indios americanos, nativos hawaianos, asiáticos, negros e hispanos o latinos.
Alrededor del 7,5% de los pacientes fueron diagnosticados recientemente con fibrilación auricular. Aproximadamente el 29% del grupo de estudio tenía fibrilación auricular preexistente.
Curiosamente, en comparación con los pacientes con fibrilación auricular preexistente, los pacientes con fibrilación auricular recién diagnosticada eran relativamente más jóvenes, más sanos y en su mayoría personas de raza negra. Estos individuos tenían menos probabilidades de tener comorbilidades cardiovasculares y no cardiovasculares.
La mayoría de los pacientes con fibrilación auricular preexistente fueron tratados con betabloqueantes, anticoagulantes orales y antiarrítmicos específicos para la fibrilación auricular.
En este estudio, la incidencia de fibrilación auricular recién diagnosticada se estimó en 5,3%, mientras que la incidencia de fibrilación auricular preexistente fue de 29,2%.
Un nuevo diagnóstico de fibrilación auricular se asoció con el 16,5% de las muertes hospitalarias y el 22,7% de las muertes a 30 días. El estudio actual indicó que, en comparación con la fibrilación auricular preexistente, la fibrilación auricular recién diagnosticada tiene un riesgo de muerte un 10% mayor.
Puntos fuertes y débiles
El estudio actual tiene varios puntos fuertes, incluido el análisis de los usuarios habituales de la VHA y su vinculación con los datos de Medicare. Esta estrategia ha aumentado la especificidad diagnóstica para diagnosticar la fibrilación auricular de nueva aparición y la fibrilación auricular preexistente.
La posible clasificación errónea de la fibrilación auricular preexistente como fibrilación auricular recién diagnosticada podría ser la razón por la cual el Registro Cardiovascular COVID-19 de la American Heart Association no pudo encontrar una asociación entre la fibrilación auricular recién diagnosticada y la mortalidad hospitalaria.
Este estudio también tiene algunas limitaciones, incluido el sesgo en el diagnóstico de fibrilación auricular. Existe la posibilidad de que se produzca un gran número de casos de fibrilación auricular recién diagnosticados debido a la mayor duración de la monitorización del ritmo cardíaco.
El análisis de supervivencia no se realizó ajustando las covariables que varían en el tiempo, ya que no se pudo determinar el momento exacto del inicio de la fibrilación auricular.
Aunque estudios previos han indicado que las características ecocardiográficas, como el grosor de la pared del ventrículo izquierdo, el volumen de la aurícula izquierda y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, influyen en las manifestaciones de la fibrilación auricular y los resultados clínicos, estas características no se han tenido en cuenta debido a la falta de acceso a los datos.
La población del estudio se limitó a la población estadounidense, predominantemente individuos blancos, lo que limitó la generalización de los hallazgos.
Conclusiones
En resumen, el estudio actual indicó que, en comparación con la fibrilación auricular preexistente, la fibrilación auricular recién diagnosticada en pacientes hospitalizados con COVID-19 aumenta el riesgo de muerte.
Se deben realizar más investigaciones en el futuro para determinar si la fibrilación auricular recién diagnosticada es un marcador o un factor que contribuye a los malos resultados de la enfermedad. Se deben desarrollar nuevas estrategias para prevenir la fibrilación auricular de nueva aparición durante la infección por SARS-CoV-2.
“Defensor de la Web. Geek de la comida galardonado. Incapaz de escribir con guantes de boxeo puestos. Apasionado jugador”.