Los investigadores descubren un nuevo e interesante indicador de deterioro cognitivo y demencia en adultos mayores
Los adultos mayores suelen mostrar una disminución en la capacidad de navegación, generalmente debido al deterioro de la memoria espacial. Pero ahora, investigadores de EE.UU. han demostrado por primera vez que esta disminución se debe en parte a cambios en el comportamiento típico de exploración en la mediana edad. En la tarea de aprendizaje del laberinto, las personas de mediana edad fueron menos eficientes en la exploración que los jóvenes. Este descubrimiento podría tener aplicaciones en el diagnóstico clínico y el tratamiento del deterioro cognitivo y la demencia.
La navegación espacial (la capacidad de elegir y seguir un camino de un lugar a otro) es una habilidad que utilizamos todos los días. Dependiendo de la práctica, la capacidad cognitiva general y el entorno en el que vive una persona durante la infancia, algunas personas son naturalmente mejores en esta habilidad que otras. Pero las investigaciones también han demostrado que las habilidades de navegación espacial de las personas tienden a disminuir a medida que envejecen.
Esta disminución en las habilidades de navegación generalmente se ha atribuido a una disminución en la memoria espacial, debido a cambios en la estructura y función del cerebro que ocurren naturalmente con la edad. Pero, ¿y si esto no se trata sólo de una disminución de nuestra memoria espacial, sino también de cambios en la forma en que exploramos un nuevo entorno? Este cambio se ha observado en animales ancianos, desde insectos hasta roedores y peces.
Ahora, se ha demostrado por primera vez en humanos un cambio similar en el comportamiento de exploración de la mediana edad. Estos hallazgos, que eventualmente podrían tener aplicaciones clínicas, se han publicado en la revista Fronteras en la neurociencia del envejecimiento.
Estudio exploratorio
“En comparación con las personas más jóvenes, las personas de mediana edad muestran menos exploración general cuando aprenden un nuevo entorno de laberinto, y parecen priorizar el aprendizaje de ubicaciones de tareas específicas”, dijo el primer autor, el Dr. Vaisak Puthusripadi, investigador postdoctoral en la Universidad de California, Irvine. . en el laberinto en lugar del diseño general del laberinto”.
Puthusripadi y sus colegas reclutaron como voluntarios a 87 mujeres y hombres de mediana edad (una media de 50 años) y 50 adultos jóvenes (una media de 19 años). Ninguno de ellos tenía antecedentes de enfermedades neurológicas, incluida demencia o enfermedad psiquiátrica.
Increíble investigación histórica.
Los investigadores probaron qué tan bien los voluntarios podían explorar el laberinto y aprender a navegar en realidad virtual. El laberinto constaba de cruces y pasajes separados por vallas. Objetos distintivos estaban esparcidos a su alrededor en lugares estratégicos como puntos de referencia. En la primera “fase de exploración”, se pidió a los voluntarios que exploraran libremente el laberinto y conocieran la ubicación de los objetos.
En cada una de las 24 pruebas de la segunda “fase de búsqueda de camino”, los voluntarios tuvieron que aplicar lo que habían aprendido, navegando entre dos objetos elegidos al azar en 45 segundos.
Como era de esperar, los jóvenes, en promedio, tuvieron una mayor tasa de éxito a la hora de encontrar su camino. Pero lo más importante es que análisis estadísticos adicionales mostraron que esta diferencia en la tasa de éxito se debió en parte a cambios cualitativos observados en la forma en que los participantes jóvenes, en comparación con los de mediana edad, aprendieron sobre el laberinto.
“En comparación con las personas más jóvenes, las personas de mediana edad exploraron menos el entorno del laberinto, viajaron menos distancias y se detuvieron durante períodos de tiempo más largos”, dijo la Dra. Mary Hegarty, profesora del Departamento de Psicología y Ciencias del Cerebro de la Universidad de California. , Santa Bárbara y coautor del estudio, en los puntos de decisión, visitaron más objetos que los individuos más jóvenes”.
Estas diferencias fueron tan notables que los autores pudieron predecir utilizando inteligencia artificial si el participante era de mediana edad o joven.
Determinar la ruta para las aplicaciones.
La disminución de la capacidad de exploración en personas de mediana edad puede deberse a cambios relacionados con la edad en la red de navegación del cerebro, por ejemplo, en los lóbulos temporales parietal y medial.
Los autores especulan que estos hallazgos pueden informar intervenciones de entrenamiento que podrían ayudar a los adultos de mediana edad a mejorar sus habilidades de navegación y mantener la capacidad cognitiva.
“Si capacitamos a las personas de mediana edad para que exploren mejor nuevos entornos, con énfasis en viajar mayores distancias y visitar caminos que conectan el entorno, de una manera más difusa, esto podría conducir a una respuesta más generalizada”, explicó el coautor. Daniela Cosio, estudiante de doctorado de la Universidad de California en Irvine, “conduce a mejoras en su memoria espacial, lo que ayuda a frenar el deterioro de su capacidad cognitiva”.
“Actualmente estamos investigando si es posible identificar este tipo de cambios en el comportamiento de exploración en personas con riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, así como en aquellas que ya padecen la enfermedad de Alzheimer”, dice la Dra. Elizabeth Christel, una de las co -autores y profesor asociado del mismo instituto “Esperamos que el comportamiento de exploración alterado eventualmente se convierta en un nuevo marcador clínico del deterioro cognitivo temprano asociado con la enfermedad de Alzheimer”.
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