Las pautas personalizadas de vitamina D basadas en la latitud y el tipo de piel pueden abordar las deficiencias
En un estudio reciente publicado en la revista NutrientesLos investigadores calcularon tiempos de exposición indicativos para mantener el nivel de vitamina D en función de la latitud, el mes y el tipo de piel, teniendo en cuenta las condiciones de cielo despejado y de cielo lleno para una persona móvil modestamente vestida.
El estudio enfatiza la importancia de enfoques personalizados para evaluar las necesidades nutricionales. Destaca la interacción entre la ingesta oral de alimentos, la exposición a la luz solar y los factores geográficos, que pueden guiar estrategias para abordar la deficiencia generalizada de vitamina D entre diversas poblaciones.
Valores UV medios del mediodía en cielo despejado durante los días de marzo de 2004-2020. Aunque la radiación ultravioleta generalmente depende de la latitud, también se ve afectada por la columna de ozono (más baja en el hemisferio sur, especialmente en latitudes más altas) y la elevación (más pronunciada en los Andes en la costa occidental de América del Sur). Estancia: Tiempos de exposición a los rayos UVB estimados a nivel mundial necesarios para mantener niveles adecuados de vitamina D
fondo
La vitamina D es esencial para la salud de los músculos y los huesos y tiene otros beneficios para la salud, pero las deficiencias están generalizadas, debido en parte a fuentes dietéticas inadecuadas y a la exposición limitada a la luz solar. Las estrategias de salud pública suelen incluir el enriquecimiento de los alimentos o suplementos nutricionales, pero el desafío es equilibrar la síntesis de vitamina D con los riesgos de una exposición excesiva a la luz solar.
Sobre el estudio
El estudio tiene como objetivo proporcionar una orientación precisa al considerar factores como la latitud, el tipo de piel y la época del año para informar las políticas nacionales sobre fortificación de alimentos, suplementos nutricionales y exposición al sol. Por lo tanto, aborda la complejidad de mantener niveles óptimos de vitamina D y al mismo tiempo minimizar los riesgos para la salud.
Los investigadores utilizaron datos de radiación ultravioleta (UV) de superficie global obtenidos del Experimento de Monitoreo Global del Ozono (GOME). Estos datos se midieron inicialmente como un índice ultravioleta (UVI) y luego se convirtieron en irradiancia UV efectiva para la vitamina D.
Estos datos se obtuvieron de instrumentos acoplados a los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA), proporcionando una cobertura continua desde 2002 hasta la actualidad a través del portal TEMIS. El estudio se centró en datos UV de cielo despejado y datos de todo el cielo, incluidos datos de nubes cuando estén disponibles, para determinar los niveles de UV.
Para estimar el cambio en el estado de la vitamina D, el estudio utilizó cálculos de un estudio anterior, que relaciona la exposición a los rayos UV en términos de dosis estándar de vitamina D (SDD) con el cambio en los niveles circulantes de 25-hidroxivitamina D (25OHD).
El estudio tardó un mes en analizarse. Inicialmente, se evaluó un escenario simplificado de exposición de todo el cuerpo al mediodía bajo un cielo despejado para calcular la dosis necesaria para mantener los niveles de vitamina D.
El análisis incluyó varias modificaciones a este cálculo básico, incluidas consideraciones sobre el área de la superficie de la piel, el tipo de piel (que van del I al VI y los números más altos indican una piel más oscura), la orientación y los posibles cambios en la exposición a los rayos UV debido a las nubes.
Estos ajustes se realizaron para proporcionar tiempos de exposición más realistas y aplicables para diferentes escenarios, como estar de pie y vestirse modestamente. Además, se aplicaron correcciones para tipos de piel oscura en latitudes altas y variaciones estacionales en los niveles de UV debido a las nubes.
En general, la metodología tiene como objetivo proporcionar recomendaciones de exposición personalizadas, teniendo en cuenta diversos factores ambientales y personales que influyen en la síntesis de vitamina D.
los resultados
El análisis reveló distintos tiempos de exposición necesarios para mantener los niveles de vitamina D en condiciones de cielo despejado y nublado.
Bajo cielos despejados, los tiempos de exposición para los sujetos blancos oscilaron entre 3 y 15 minutos cada 10 grados de latitud, y se requirieron períodos más largos en latitudes más altas debido a los ángulos solares más bajos y al agotamiento del ozono antártico.
Los tipos de piel V necesitan tiempos de exposición más largos en todas las latitudes que los tipos de piel I a IV, mientras que los tipos de piel VI experimentan tiempos de exposición más largos, especialmente en latitudes más altas.
Por el contrario, bajo cielos nublados, el efecto de la cobertura de nubes varió según las latitudes y las estaciones, extendiendo los tiempos de exposición en aproximadamente un 15% en los trópicos y hasta un 60% adicional en latitudes altas.
Sin embargo, las dosis de mantenimiento seguían siendo posibles para los tipos de piel clara, incluso en latitudes altas fuera del período invernal de vitamina D. Sin embargo, para los individuos de tipo VI, fueron necesarios tiempos de exposición superiores a 15 minutos en los trópicos y más de 1 hora en latitudes altas en condiciones de todo el cielo.
En general, el estudio subraya la compleja interacción entre los factores ambientales, el tipo de piel y la exposición a los rayos UV en el mantenimiento de los niveles de vitamina D, destacando la necesidad de recomendaciones personalizadas para tener en cuenta las diversas necesidades de la población y las condiciones climáticas locales.
Conclusiones
Los resultados de este estudio resaltan la importancia de equilibrar la ingesta oral y la síntesis cutánea de vitamina D, especialmente a través de la exposición a la luz solar, para tratar eficazmente la deficiencia. También proporcionan información valiosa sobre la viabilidad de mantener los niveles de vitamina D mediante la exposición al sol, teniendo en cuenta las diferencias de latitud y tipo de piel.
Mantener el nivel de vitamina D es difícil durante el invierno debido a la reducida disponibilidad de luz solar, especialmente en latitudes altas. Esto enfatiza la necesidad de estrategias alternativas como una mayor exposición a la luz solar durante los meses de verano o suplementos nutricionales. Los cambios en los estilos de vida y los hábitos ocupacionales pueden afectar la síntesis de vitamina D, especialmente en personas con piel profundamente pigmentada en latitudes más altas.
Los puntos fuertes del estudio incluyen su enfoque integral, que proporciona orientación sobre la duración de la exposición al sol para diferentes tipos de piel y latitudes. Sin embargo, se reconocen limitaciones como las suposiciones sobre la exposición del área de la piel y la falta de consideración de las prácticas culturales.
Investigaciones futuras podrían explorar factores adicionales que influyen en la síntesis de vitamina D, como la edad y el origen étnico, y perfeccionar las recomendaciones de exposición basadas en una comprensión más precisa de las necesidades y comportamientos individuales. En general, los resultados del estudio aportan información valiosa para guiar las estrategias de salud pública para abordar la deficiencia de vitamina D en todo el mundo.