La lechuga cultivada en el espacio podría ayudar a los astronautas a evitar la pérdida ósea en una misión de tres años a Marte | noticias de ciencia y tecnología
Los científicos han creado un tipo de lechuga que podría ayudar a los astronautas a evitar la pérdida ósea durante los largos vuelos en el espacio.
La NASA está preparando a sus astronautas para viajar a Marte durante la década de 2030 en una misión de varios años que podría afectar su salud.
Entre los problemas de salud que sufren los astronautas está la pérdida de densidad ósea, en promedio alrededor del 1% de su masa ósea por cada mes que pasan fuera del mundo.
Ahora, los expertos han creado una nueva lechuga genéticamente modificada que produce una hormona estimulante de los huesos que podría ayudar a proteger a los astronautas de esta pérdida.
La poderosa planta puede ayudar a proteger a la población en la Tierra en los recursos limitados establecidos contra la osteoporosis.
Los investigadores presentan los resultados de su estudio en una reunión de la American Chemical Society el martes.
«Actualmente, los astronautas en la Estación Espacial Internacional tienen regímenes de ejercicio específicos para tratar de mantener la masa ósea», dijo el Dr. Kevin Yates, un estudiante graduado que presentó su trabajo en la reunión.
«Pero por lo general no están en la ISS por más de 6 meses».
Pero la misión a Marte será mucho más larga. Una nave espacial tardaría unos 10 meses en llegar allí, y los investigadores pasarían casi un año en el planeta estudiándolo, y luego harían otro viaje de 10 meses a casa.
«La misión de 3 años podría dejar a los astronautas vulnerables a la osteoporosis, y luego a la osteoporosis», advirtieron los investigadores.
Los medicamentos existentes para estimular la formación ósea pueden ayudar a restaurar la masa ósea, pero requieren inyecciones diarias y no sería práctico transportarlos y almacenarlos durante una misión espacial.
Según los investigadores, la solución es que los astronautas lleven pequeños genes genéticamente modificados (miles de los cuales pueden caber en una botella del tamaño de su pulgar) y luego los cultiven como si fueran lechuga normal.
El problema, sin embargo, es que los astronautas tendrían que comer unos 380 gramos, o unas ocho tazas, de lechuga al día para obtener una dosis adecuada de la hormona, suponiendo que se disponga de un 10% de la lechuga.
Los próximos pasos son tratar de aumentar la cantidad de hormona de crecimiento óseo en la lechuga y probar qué tan bien crece en la Estación Espacial Internacional, para verificar que todavía produce la misma cantidad de hormona que produce en la Tierra.
Los investigadores dicen que aún no han probado la lechuga porque no se ha confirmado su seguridad, pero esperan que tenga un sabor muy similar al de la lechuga normal.
Predicen que para cuando enviemos astronautas a Marte, las plantas se utilizarán regularmente para producir productos farmacéuticos y otros compuestos útiles.