¿El presupuesto español traerá una recuperación justa?
JB Marine Ares | El gobierno español se jacta de que el presupuesto fijado beneficiará a la mayoría de los ciudadanos, desde jubilados a jóvenes adultos, autónomos o funcionarios. Ella espera que apuntar a esos grupos dé buenos resultados cuando lleguen las elecciones. El gobierno también está depositando sus esperanzas de reelección en las recompensas que dará a los jóvenes para ayudarlos a encontrar un lugar para vivir por su cuenta y en el dinero para entretenimiento que distribuirá a quienes tengan la edad de votar el próximo año. También afirma que los planes de inversión masiva financiados por el fat screening proveniente de Bruselas proporcionarán un modelo de crecimiento mejorado y mejores empleos. Por lo tanto, el presupuesto llega inmediatamente después del compromiso del primer ministro Sánchez con una recuperación justa.
Sin embargo, los números cuentan una historia diferente. Hay poco margen de maniobra en el presupuesto debido a que gran parte del mismo se dedica al gasto obligatorio, por lo que el gobierno tendrá poca flexibilidad si surge la necesidad de cambiar de rumbo. Un pequeño grupo de partidas (pensiones, servicio de la deuda, nómina de los funcionarios, prestaciones por desempleo y contribución a la financiación de la UE) representa más del 95% del gasto corriente total. Por lo tanto, hay poco margen para implementar cualquier otra política y el gasto discrecional asciende a una parte insignificante del gasto total.
Por lo tanto, no está del todo claro cómo este presupuesto podría impulsar la recuperación. Ninguna equidad está mejor servida. La mayor parte de la carga financiera recae sobre los asalariados. Los asalariados soportan las cotizaciones a la seguridad social, el 80% del impuesto sobre la renta de las personas físicas y una gran parte del impuesto sobre el valor añadido y los impuestos especiales.
Está previsto que la inversión crezca exponencialmente, ya que los fondos de la UE ofrecen un buen colchón. El gobierno transferirá la mayor parte de este dinero al sector privado para financiar proyectos ecológicos y digitales, para aumentar la productividad y una economía centrada en el clima. Sin embargo, surgen dudas sobre su capacidad para aprovechar al máximo estos abundantes fondos. España ha absorbido solo alrededor del 30% de los fondos estructurales y de cohesión destinados a ello. No hay justificación de que lo haría mucho mejor ahora a menos que asigne fondos a beneficiarios que estén dispuestos a realizar inversiones por sí mismos. El robo de fondos públicos puede ayudar a demostrar a Bruselas un alto grado de crédito. Está abierto a debate si este curso de acción podría agregar valor real.