El caso de Vinicius Junior abre un debate más amplio sobre el racismo en España
Escrito por Jay HidejkoBBC News, Madrid
Los insultos dirigidos al futbolista del Real Madrid Vinicius Junior han desatado un acalorado debate sobre el racismo en el deporte y si la sociedad española tiene algún problema con el tema.
La policía española arrestó a tres personas en relación con abusos racistas dirigidos a Vinicius Junior, quien se enfrentó a los fanáticos del Valencia Club de Fútbol en Mestalla, a quienes acusó de dirigirle cánticos de mono. Tras el partido, el internacional brasileño afirmó que la Liga Española de Fútbol «es de racistas».
Tras el incidente, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió contra permitir que «el fascismo y el racismo» se apoderen de los estadios de fútbol y su gobierno emitió un comunicado diciendo que «lamenta profundamente» la falta de acción de las autoridades españolas para castigar la lucha contra el problema.
Mientras las luces que iluminaban la estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro se atenuaban el lunes como muestra de solidaridad con el jugador, el asunto traspasó las fronteras de España y del deporte.
El gobierno de izquierda de España y sus instituciones deportivas condenaron unánimemente el racismo en el fútbol. Sin embargo, las afirmaciones de que el incidente del domingo refleja un malestar más amplio han resultado más controvertidas.
«La Liga tiene un problema», dijo el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, en una entrevista después del partido. Vinicius Júnior fue más allá y afirmó: “En Brasil, España es conocida como un país de racistas”.
El presidente de la Liga española, Javier Tebas, rechazó tales acusaciones. Tuiteó en español, portugués e inglés: “Ni España ni La Liga son racistas, es injusto decir esto”.
También dijo que La Liga ha denunciado nueve casos de abuso racista en lo que va de temporada, ocho de los cuales fueron contra el brasileño.
Otros adoptaron una línea similar, sugiriendo que Valencia, o incluso España, también es una víctima por el daño que este incidente ha causado a su reputación.
Si bien calificó de “incompatibles” el racismo y el deporte, el líder del opositor Partido Popular, Alberto Núñez Viejo, advirtió que la polémica da “una imagen distorsionada de una ciudad como Valencia”.
«España no es en modo alguno un país racista», afirmó durante su campaña electoral antes de las elecciones locales previstas para el domingo.
El presidente socialista de la Comunidad Valenciana, Chimo Puig, insistió en que los aficionados del Valencia «no son nada racistas», al tiempo que atribuyó las posiciones extremistas de algunos a la extrema derecha, que es la tercera mayor presencia en el Parlamento español con la Partido Vox.
Pero Puig también parece echarle algo de culpa a Vinicius Junior, quien al abandonar el campo el domingo pareció burlarse de los aficionados del Valencia sobre el posible descenso de su equipo.
«Los jugadores deben ser buenos profesionales y no deben comportarse de manera arrogante», afirmó.
Otros también han metido a Vinicius Júnior en la discusión. Toni Freixa, ex miembro de la junta directiva del FC Barcelona, dijo que el brasileño fue «provocado durante cada partido» y cuestionó por qué otros jugadores negros del Real Madrid no fueron objeto de abusos racistas de la misma manera.
El escritor y comentarista social Manuel Jaboa objetó este análisis, advirtiendo que culpar a la víctima de agresión es parte del problema.
Y añadió: «Por ser negro… no tiene derecho a portarse mal, enojarse o responder a una provocación sin que lo llamen mono».
Las consecuencias del partido del domingo se hacen eco de acontecimientos de 2004, cuando varios aficionados españoles en el estadio Bernabéu del Real Madrid lanzaron cánticos de monos a jugadores negros de Inglaterra durante un partido amistoso. La indignación internacional que siguió desató un debate nacional sobre el racismo que existe desde hace mucho tiempo en las gradas del fútbol español.
En un editorial, El País destacó que era necesario que un líder extranjero, Lula, condenara este tema para que se discutiera en profundidad. La Liga española y la Federación Española de Fútbol también pidieron medidas más duras para eliminar el racismo en el deporte.
El comunicado decía: «La Liga española tiene un problema, y ese problema no es Vinicius».